El majestuoso marco del museo del Mar para ilustrar esta columna de Juan Oviedo
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Hablar con el diario del lunes es hablar, después, de los hechos y connotativamente
relacionarlo con el “no la vieron venir”, pero una cosa en un simple albañil sin
responsabilidad en las decisiones de un país y otra, que los responsables de las decisiones
del país “no la vean venir”, que los posiciona Epimeteos –gobernando-. Ya sea por ser
elegidos o por imposición de dictaduras, su hacer –solo quede fijado en el presente- con su
inquietud de fondo, anular ese pasado y al que creen reemplazar, pero sin “visión” de
futuro.
Entonces, si se gobierna con el trasfondo del pasado y horizonte del hacer, sus acciones
carecerán de futuro a igual que sus ¡víctimas! a cuestas, la gente que “no está” acomodada
en las estructuras institucionales del Estado.
¡Esas víctimas! son las que están “desembarazados” de toda gestión institucional que rodea
al Estado y se aprovechan de él, como son los políticos, los partidos políticos, los
sindicalistas y las instituciones del dolor y de la miseria, porque los desembarazados son los
que -laburan- y con los crédulos que militan, ellos luchen contra los Epimeteos de turno,
es la realidad de la continua “refriega” entre el presente y el pasado, desglosado en el
peronismo de los setenta, el golpe, el presente periodo democrático, y los continuos
cambios de gobierno, las nuevas gestiones versus la gestión derrotada, pero siempre, con el
mismo resultado: el tendal de la pobreza, pauperización, dolor y cuanta cosa más en la
gente.
Para colmo, los problemas se multiplican porque la gestión de los Epimeteos posiciona la
idea que “dentro” de sus círculos partidarios, se halla el espacio hacia ese futuro
promisorio, pero es algo ¡imposible! de lograr, con tanta carga de símbolos, banderas,
canticos, militancia con un pasado histórico y arrogante del -ellos o nosotros-, bueno, ellos
contra los “otros ellos”, también, “nuevos” ellos en contra esos otros “viejos” ellos, es lo
que ¡no permite ver!, y patencia de los Uróboros de nuestro tiempo, de los ciclos del
esfuerzo eterno y el esfuerzo inútil.
Entonces, los símbolos de la impotencia y del destino que significa estar presos de los
Epimeteos, Uróboros y Sísifos, son los infructuosos de siempre, no importan los rostros ni
los apellidos, ellos son los creadores intelectuales de las ineficiencias, las inutilidades e
incompetencias, se trata de la argamasa de las fechas celebratorias: desaparecidos,
Malvinas, levantamientos, ARA San Juan, y la alquimia ontológica doliente que la
hipocresía de gobiernos, instituciones y políticos posicionan, hacer mártir, héroe, patriota
a sujetos que murieron por decisiones ajenas a sus voluntades, la inutilidad del “pasado”
que apesta, se intenta licuar conmemorado a sus víctimas como protagonistas que se
inmolan, pero es la liviandad de la culpa que busca expiar sus oprobios, con el absurdo de
la conmemoración, y que al hacerse “presente” labre su continuidad extirpando el futuro.
Pregúntate si el -mártir, el héroe, el patriota- de volver el tiempo hacia atrás, si elegiría
repetirlo, ¿qué crees tú?
Juan Oviedo