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Así, el espactáculo ganó en diversidad, y a la gracia y a belleza de la danza se le agregó la impronta de la música en vivo: la orquesta  Arabe Al Nallib y los Maestros Aimad y Martín Lotfi dejaron su música para las bailarinas.
Hasta la cantante geselina Romina Paz se animó a ser parte de la coreografia pensada para su propio tema.
El punto más alto de la noche lo protagonizaron Aimad y Martín Lotfi, que con derbaque y daff (pandereta) interpretaron una percusión que bailó Rocio Alvarez Molina.
El show tuvi además un fin benéfico: parte de lo recaudado fue destinado para el Jardin de infantes n° 905 de Monte Rincón.
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