Pero, ¿que son los voluntarios?, se trata de jóvenes entre -veinte y cuarenta años- quienes adoptan una forma “distinta” de enfrentar la realidad y vivir de otra forma, ¿es idílico, se trata de un canto a la libertad o un rebelar ante el sistema?, cada una de las señaladas definiciones son pertinentes, lo que no nos debe -cubrir- es la otra parte de “esa” realidad, porque todo voluntario pertenece al “último” eslabón de la cadena que pueda pertenecer cualquier trabajador, que los muestra cabalmente como ¡sujetos vulnerables!, por carecer de derechos laborales, condiciones de trabajo y sin -protección alguna- ante actos de abusos e injusticias por parte de sus empleadores o encargados al ser ¡despedidos!
Porque un voluntario para ofrecer su trabajo, se basa en un “pacto” entre empleador y él, por el cual cumplirlo sea ¡esencial!, donde las dos partes se beneficien “mutuamente” y pueda cabalmente el servicio o la mano de obra funcionar como se espera, pero también se espera en quien contrata o en quien posee la responsabilidad como es un encargado, porque cuando uno de los dos, no lo cumple, se sucedan situaciones de tensión, roces, ¿corolario? mal ambiente laboral y el servicio prestado caiga en calidad, solvencia y prestancia, por lo cual entre -unos y otros-, el pacto sea ¡central cumplirlo! y sentido de fondo entre -unos y otros-.
He aquí algunas definiciones de ellos: Pedro 24 años es oriundo de San Luis de El Trapiche, “soy viajante Latinoamericano, estuve en Chile, Perú, Bolivia y ahora Brasil, me llamo la atención la cultura del trabajo en Perú y jamás me sentí incluido o excluido”. Aldaba de 29 años, en una charla en la terraza del hotel se definió como “una pobre internacional”, en el sentido que la falta de recursos financieros no era impedimento al viajar como voluntaria.
Mayra, tiene 32 años, aquí un caso curioso porque ella es -profesora en matemáticas-, “busco conocerme, otras experiencias, y estaré haciendo esto dos o tres años más, pero lo que más me interesa es encontrar la –pasión- y salir de la zona de confort, por eso recomiendo la aventura”.
Sabrina tiene 33 años, muestra decisión, fortaleza, seguridad, y casi con definición oriental dice “el problema sin solución mejor es –dejarlo-, además, con definirlo ya se le otorga ¡entidad!”.
También citar a Mica, viaja en bicicleta, Scarlet (ella es chilena y tiene 30 años), Franco, Leo, Federico viajo hasta Búzios en ¡bicicleta!, todos ellos son los voluntarios a los que tuve la suerte de conocer, charlar, jugar truco e incluso, compartir una clase de Filosofía mientras se hacía un apetecible asado. Salve voluntarios.
Juan Oviedo
SiGesellnoticias